La síntesis de un pasado arraigado en su tradición
La ciudad de Cajamarca, ubicada en la región homónima al norte de Perú, alberga un patrimonio cultural e histórico único. Desde los vestigios de la cultura Inca hasta los restos arqueológicos que datan de la época prehispánica, esta región es la síntesis de un pasado arraigado en su tradición.
Cultura inca
Uno de los elementos distintivos de Cajamarca es la presencia de la cultura Inca, evidente en una serie de emplazamientos emblemáticos marcados por la captura del último Inca, Atahualpa. El complejo turístico Baños del Inca destaca como uno de los lugares donde se aprecia la huella del Inca Atahualpa.
Sitio de descanso
Se dice que este enclave natural era el sitio de descanso del Inca antes de sus viajes, y donde se encontraba cuando llegaron los conquistadores españoles. Hoy en día, estas aguas termales de propiedades medicinales ofrecen un refugio para el bienestar y la relajación.
Atahualpa y Pizarro
En Cajamarca también se puede visitar el único testigo del epílogo de la captura del último Inca, en el Cuarto de Rescate. Este es considerado como el principal monumento histórico de la ciudad, así como el único vestigio de la arquitectura incaica. Fue en este lugar donde el Inca Atahualpa negoció con Francisco Pizarro su libertad a cambio de plata y oro.
Mirador del Cerro Santa Apolonia
La cultura inca también se manifiesta en el Mirador del Cerro Santa Apolonia, donde se ubica la Silla del Inca, parte de los restos arqueológicos de esta época.
Máximo esplendor.
Esta visita combina el pasado histórico de Cajamarca con la capilla dedicada a la Virgen de Fátima y un mirador natural desde donde se puede apreciar la ciudad y el valle de Cajamarca en su máximo esplendor.
Vestigios arqueológicos
Además de los restos incas, esta región alberga vestigios arqueológicos de otras épocas, que evidencian la riqueza cultural cajamarquina.
Complejo Arqueológico de Cumbemayo
Uno de los ejemplos más claros se encuentra en el Complejo Arqueológico de Cumbemayo, un emplazamiento donde confluyen la huella humana y el paso del tiempo.
Bosque de piedras
Sin duda, una de sus construcciones más célebres son los Frailones o Bosque de piedras, una imponente obra de ingeniería hidráulica del año 1000 a.C. que ha trascendido de forma intacta a nuestros tiempos. Las leyendas que lo rodean cuentan que se construyó para transportar el agua del Pacífico hacia el Atlántico, con una función de culto al recurso natural.
Muchos cambios
De mayor antigüedad, el Complejo Arqueológico Kuntur Wasi , datado del 1100 a.C., se levanta sobre plataformas y plazas superpuestas, en las que se han identificado diferentes momentos de ocupación. A lo largo de su historia, el centro ha sufrido múltiples cambios, hasta ser destruido hacia el año 250 a.C., y en su interior se han hallado restos como entierros rodeados de ofrendas y objetos.
Edificaciones funerarias
En el distrito Baños del Inca se encuentra uno de emplazamientos arqueológicos más conocidos, Las Ventanillas de Otuzco, una edificación funeraria de la cultura Cajamarca de los primeros siglos de nuestra era. Su estructura arquitectónica particular muestra centenares de ventanillas y nichos funerarios individuales sobre roca de origen volcánico. La leyenda cuenta que a través de algunas de estas ventanillas se puede acceder a galerías misteriosas, lo cual inspiró la creación de pasadizos secretos que unirían a Cajamarca con Cusco.
Fuente de inspiración
Este gran legado histórico y riqueza cultural de Cajamarca se ha convertido en la fuente de inspiración de autores como el fotógrafo José Luis Chávez Tejada, cuyo último fotolibro “Cajamarca: Belleza, soledad y coraje” se presentará el 10 de mayo en la ciudad de Trujillo, Extremadura, junto con una exposición paralela con fotografías de Cajamarca. Una obra dedicada a divulgar la herencia cultural y la belleza del destino.
