Varosha, Chipre
Varosha era uno de los destinos turísticos más importantes del Mediterráneo en los años 70, frecuentado por estrellas de cine de ámbito mundial. Ahora es una de las ciudades abandonadas más grandes de Europa. Sus 40.000 habitantes, junto con los turistas y famosos que la poblaban abandonaron la ciudad en 1974 tras la invasión de Turquía, que dividió la isla en dos.
Belchite, España
Este pueblo es uno de los lugares más populares de España si hablamos de psicofonías y experiencias paranormales que atraen a turistas e investigadores. En este pueblo de Zaragoza, ahora abandonado y en ruinas por los bombardeos de 1937, murieron cerca de 5.000 personas durante la Guerra Civil en lo que fue la Batalla de Belchite. Hay visitas turísticas con guía tanto de día, como de noche y, si te atreves, puedes dejar tu móvil grabando sobre una piedra. Las leyendas paranormales dicen que se escuchan lamentos, gritos, y los sonidos del combate.
Imber, Inglaterra
Los 150 habitantes de este pequeño pueblo tuvieron poco más de un mes para abandonar sus casas en 1943, cuando el ejército británico requisó el lugar para utilizarlo como lugar de entrenamientos para las tropas que iban a combatir en la Segunda Guerra Mundial. El pueblo sigue inhabitado y pertenece al Ministerio de Defensa. Su iglesia, del siglo XIII, es Patrimonio Nacional de Inglaterra.
Oradour-sur-Glane, Francia
Esta ciudad fantasma situada a unos 20 kilómetros de Limoges permanece así desde que los nazis la incendiaron durante la Segunda Guerra Mundial. El 10 de junio de 1944, el ejército alemán masacró a la mayor parte de los habitantes de la población como represalia por un ataque de la resistencia. Murieron 642 personas, la mayoría mujeres y niños, fusilados o quemados en la iglesia del pueblo. Al finalizar la guerra, el presidente francés Charles de Gaulle, decidió mantener Oradour-sur-Glane tal y como estaba para recordar las atrocidades ocurridas en la guerra.
Pyramiden, Svalbard, Noruega
La ciudad minera de Pyramiden, en la isla Spitsbergen, en el archipiélago noruego de Svalbard es ahora un pequeño rincón congelado de la antigua Unión Soviética. En 1926 los rusos compraron esta isla y construyeron un gigantesco complejo para unas 1000 personas, hasta que en 1990 la actividad minera cesó y los habitantes abandonaron la ciudad. Se puede visitar, e incluso alojarse en el hotel, que reabrió sus puertas para los turistas.
El pueblo sumergido de Curon, Italia
En el norte de Italia, pegado a la frontera con Suiza y Austria, el lago de Resia esconde un par de pequeños pueblos bajo sus gélidas aguas. La unión de dos lagos alpinos y la construcción de una presa dejó los pueblos de Curon y Resia bajo el nivel de las aguas. Solo sobrevive, como una isla, el campanario del siglo XIV de la iglesia de Curon al que en invierno se puede llegar caminando sobre el lago congelado.